Información general y consentimiento informado sobre analgesia del parto.

El parto es una experiencia muy gratificante aunque puede resultar muy doloroso. El dolor que se puede sentir durante un parto no es igual en todos los casos, y depende de factores como el nivel de tolerancia al dolor, el tamaño y la posición del feto, la fuerza de las contracciones uterinas, la duración del trabajo de parto, y el uso de oxitocina. En algún caso, aliviar el dolor del parto puede ser especialmente necesario.

La analgesia epidural y sus variantes (raquídea o combinada raquídea-epidural), son actualmente los métodos más eficaces en el alivio de los dolores del parto y poseen un amplio margen de seguridad tanto para la madre como para el bebé. Pero, comparado con un parto sin analgesia epidural, añade algunos riesgos que, aunque son aceptables, debe conocer.

Es necesario que advierta al Anestesiólogo de posibles alergias medicamentosas, alteraciones de la coagulación, enfermedades cardiopulmonares, medicaciones actuales o cualquier otra circunstancia.

La analgesia epidural actúa bloqueando temporalmente, con anestésico local y otros medicamentos, los nervios que se conectan al útero y al canal vaginal desde la médula espinal. Tiene el efecto de disminuir las sensaciones dolorosas en la zona inferior del cuerpo, sin afectar la movilidad de las piernas y la capacidad de pujar mientras la paciente se mantiene consciente. El momento para su administración depende de cada caso, pero el dolor materno es el factor determinante.

El bloqueo epidural lo realiza un médico Anestesiólogo. Se realiza en la parte baja de la espalda, entre las vértebras, la paciente se encuentra sentada o acostada de lado. Se le explicará y ayudará a colocarse en la postura que deberá adoptar. La colaboración de la paciente en este momento es imprescindible para poder realizar la técnica con seguridad.

Antes de realizar la epidural, se desinfecta la piel y el Anestesiólogo duerme con anestesia local la zona del pinchazo. Mediante una aguja especial, identifica las estructuras donde posteriormente deja un tubo fino de plástico, llamado catéter, a través del cual se administra la medicación.

El alivio del dolor no es inmediato sino gradual: lo notará 5 a 10 minutos después de que el medicamento haya sido inyectado.

La analgesia epidural no afectará la frecuencia e intensidad de las contracciones, continuando el trabajo de parto normalmente, de modo que la paciente percibirá las contracciones, sin que éstas le provoquen el dolor intenso característico de las mismas.

En caso de requerir una operación cesárea, la misma puede realizarse bajo anestesia epidural, utilizando el catéter ya colocado y realizando en este caso una dosis anestésica.




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